La página web es un bien inmaterial. No puede hablarse con precisión de la propiedad de una página web si no que es necesario examinar cada uno de los componentes que forman.
A diferencia de lo que sucede con los bienes materiales en los que el derecho real de una persona excluye los de otras, los bienes del intelecto permiten el disfrute simultáneo de diferentes personas del mismo.
Página Web
Por ello sobre los bienes inmateriales y las creaciones del intelecto no se dan derecho reales si no que se generan licencias de uso sobre los mismos. Así el autor de una obra como puede ser el código de una página web no deja de ser autor por el hecho de que otro sea el que vaya a explotarlo (por ejemplo la empresa que se lo ha encargado) pero sí que puede concederle una licencia para que pueda usarla, explotarla o transformarla, con exclusividad o por el contrario reservándose el autor la facultad de conceder otras licencias.
Las licencias de uso serán las que atribuyan derechos sobre los bienes intelectuales y no por lo tanto los derechos reales como la propiedad. Por ello, no se puede adquirir la propiedad de una página web, sino que se adquiere una licencia de uso, por ejemplo, exclusivo.
Propiedad intelectual de la página web
La página web además es un producto complejo, formado por diferentes obras que se conjugan en la presentación a través del navegador:
- Código HTML, es una obra de carácter escrito que recopila comandos en lenguaje comprensible por los navegadores world wide web para poder ordenar todos los demás elementos.
- Bases de datos: obras intelectuales que organizan información
- Los textos
- Las imágenes
- El diseño de la web, es decir su organización y apariencia externa visible.
Todos estos elementos se conjugan en un producto único, aunque puedan ser de diferentes autores. Así, el fotógrafo no tiene porqué haber diseñado la apariencia de la web, ni el redactor de los textos tiene porqué conocer las bases de datos, ni el programador tiene necesidad de haber realizado el diseño que puede venir ofrecido de antemano.
Sin embargo el titular de la web dispondrá de un derecho de uso (al menos) de todos los elementos utilizados en la creación de la web.
El dominio de la página web
Además de todos estos elementos intelectuales en la página web encontramos otro elemento sustancial: el dominio. El nombre de dominio es aquella palabra o palabras que permiten identificar una determinada dirección ip. Cada servidor en el que se aloja toda la información de una web aparece hacia la red mediante una dirección numérica que permite identificarla. Cuando se le asigna un nombre de dominio, esa ip numérica será representada por una palabra o palabras que será más fácilmente utilizables por nuestros usuarios.
Los dominios tampoco pueden ser adquiridos en propiedad. No cabe derecho real alguno sobre ellos. De hecho, los dominios deben registrarse en un organismo (de carácter privado) específico que es ICAAN que gestiona la titularidad temporal de los mismos. Mientras se paga el precio del registro, el titular mantiene la facultad de asignar ese dominio a la ip que desee. En el momento en el que no se paga, se libera y puede adquirirse por otra persona. No cabe que dos personas simultáneamente sean titulares del mismo dominio.
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